domingo, 30 de octubre de 2011

Primera práctica: El objeto creativo

Nuestra primera tarea para clase de Métodos de Creatividad ha sido llevar un objeto creativo. Tras buscar entre todos esos objetos que guardamos en casa sin conocer en un principio el motivo (esto me trae a la memoria el chiste de que todos tenemos en casa algún aparato que no utilizamos, en la mía es el reproductor), creo que he encontrado uno que realmente podría calificarse como creativo, teniendo en cuenta de que las características que hacen que un objeto sea creativo han sido explicadas a posteriori de llevarlo a clase.

El objeto que he elegido es el cáliz que se puede ver en la imagen número 1. El cáliz puede parecer en un principio bastante normal. Nada más lejos de la realidad. Al llenarlo de cualquier líquido, éste desaperece inmediatemente, quedando el cáliz de nuevo vacío (Imagen 2). Esto se debe a un doble fondo desmontable (imagen 3) que posee. En caso de que queramos que el líquido se mantenga dentro basta con tapar un pequeño orificio que tiene en un lateral.

El cáliz por tanto puede servirnos para gastar pequeñas bromas y dejar sorprendido a aquel al que invitemos a beber de él. Con él haremos aparecer y desaparecer líquidos a nuestro antojo. ¿Quién sabe si la historia de nuestra cultura occidental no cambiaría radicalmente en caso de encontrar un santo grial de estas características de aquella época? A mi desde luego me resulta bastante gracioso el imaginarme a Jesús en la última cena vacilando a sus discípulos con dicho recipiente. ¿A ti no?

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