domingo, 30 de octubre de 2011

Primera práctica: El objeto creativo

Nuestra primera tarea para clase de Métodos de Creatividad ha sido llevar un objeto creativo. Tras buscar entre todos esos objetos que guardamos en casa sin conocer en un principio el motivo (esto me trae a la memoria el chiste de que todos tenemos en casa algún aparato que no utilizamos, en la mía es el reproductor), creo que he encontrado uno que realmente podría calificarse como creativo, teniendo en cuenta de que las características que hacen que un objeto sea creativo han sido explicadas a posteriori de llevarlo a clase.

El objeto que he elegido es el cáliz que se puede ver en la imagen número 1. El cáliz puede parecer en un principio bastante normal. Nada más lejos de la realidad. Al llenarlo de cualquier líquido, éste desaperece inmediatemente, quedando el cáliz de nuevo vacío (Imagen 2). Esto se debe a un doble fondo desmontable (imagen 3) que posee. En caso de que queramos que el líquido se mantenga dentro basta con tapar un pequeño orificio que tiene en un lateral.

El cáliz por tanto puede servirnos para gastar pequeñas bromas y dejar sorprendido a aquel al que invitemos a beber de él. Con él haremos aparecer y desaparecer líquidos a nuestro antojo. ¿Quién sabe si la historia de nuestra cultura occidental no cambiaría radicalmente en caso de encontrar un santo grial de estas características de aquella época? A mi desde luego me resulta bastante gracioso el imaginarme a Jesús en la última cena vacilando a sus discípulos con dicho recipiente. ¿A ti no?

jueves, 20 de octubre de 2011

Introducción: Yo creo, tu crees, el cree

-¡Camarero!
-¿¡Qué!?
-Una de dopamina
-¿Una de dopamina?


Dopamina

(De dopa y amina).

1. f. Bioquím. Neurotransmisor derivado de la dopa que actúa en los ganglios basales del cerebro. La Dopamina de los circuitos mesolímbicos incrementa la actividad general y la de los centros regulatorios de la conducta, disminuyendo la inhibición latente. Estos tres efectos dan como resultado el incremento de la creatividad en la generación de ideas.

Siempre he pensado que los seres humanos nos dividimos en dos grupos. Los que se dedican a vivir y disfrutar de cada pequeño detalle que la vida les pueda ofrecer, y aquellos que se dedican a sobrevivir dejando que su vida se desarrolle sin más.

O lo que es lo mismo los que se dedican a crear, a descubrir nuevos horizontes, tratar de vivir experiencias diferentes y aportar su pequeño granito de arena al desarrollo de la especie en cualquiera de sus aspectos o disciplinas. Y por otro lado, aquellos que se dedican a creer todo cuanto les viene impuesto y han heredado a través de distintas tradiciones e instituciones.

Realmente asombroso como el modificar una sola letra puede cambiar por completo el sentido de nuestra vida. Por eso, y sin temor a equivocarme, me atrevo a afirmar que yo creo, pero por supuesto refiriéndome a la primera conjugación del presente del verbo crear.

¿Y tu qué?, ¿crees o creas?